La naturaleza y el reino animal nos esta continuamente enseñando lecciones de vida que deberíamos tener en cuenta en nuestro diario vivir. Es así como comprendemos que el instinto es quien guía a los animales, por lo que deberíamos vivir de una forma más animal, que humana, ya que como humanos hemos hecho el daño suficiente.
La siguiente historia tiene mucho de instinto animal, cosa que deberíamos aprender y llevar a la práctica con más frecuencia.
En la Reserva de Caza de Kalahari Central, en Botswana es donde vive esta leona junto a su manada. En uno de sus paseos vespertinos junto a todo su grupo de leones, se encontraron con un pequeño zorro herido a la orilla del camino.
Al acercarse, vio que le era muy difícil caminar. Fue en ese momento en el que el león macho, el rey de la selva, llegó a ver que pasaba, descubriendo el motivo por que la hembra había detenido la caravana vespertina.
Pronto llegaron los demás cachorros al lado de su mamá, curiosos por ese animalito tirado en el piso y mal herido. Todo parecía en contra del pobre zorrito, quien pese a las pocas probabilidades, seguía luchando por su vida, suplicando clemencia.
Aburrido del descanso y hambriento, el león se acercó con decisión al zorrito, quien sería su presa y su merienda vespertina. “Ya no hay mucho que hacer”, pensó el zorrito, despidiéndose de su vida.
Fue en ese momento en que la leona conmovida y llena de compasión, mostró su lado maternal y protector para con el zorro herido, a quien no dejaría que fuera devorado, por lo que se enfrentó duramente con el macho, mostrando sus garras y rugiendo como solo una madre sabe hacerlo.
Al león, pese a no gustarle el comportamiento protector de la hembra, no le quedó otra opción que aceptar la decisión de la leona, y pese a su hambre, no le hizo daño al pequeño zorro.
Finalmente, la leona se relajó y volvió a acariciar a sus cachorros, mientras el pequeño zorro pudo levantarse, lastimosamente y lograr escapar entre los arbustos a un lugar seguro, donde ningún depredador lo encontrara fácilmente, mientras se recuperara de sus heridas.
Todo el viaje del zorrito estuvo vigilada bajo la atenta mirada de su nueva amiga y protectora, la leona, a quien le debía su vida.
Muchas veces debemos mirar el sufrimiento de otros y en vez de atacarlos, debemos protegerlos de quien los ataque, para que en un futuro pueda ser él quien proteja a otros.
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