A veces necesitamos marcar las distancias de forma física, verbal o a través del lenguaje no verbal. Todos aceptamos y reconocemos una puerta cerrada como una señal de indisponibilidad. Los psicólogos hablan del “espacio personal” como una zona invisible, una especie de burbuja que nos rodea. Traspasar esta burbuja se considera como una invasión de nuestra intimidad y resulta una experiencia desagradable. En nuestra vida diaria, como norma general, mantenemos una distancia con el resto de las personas en función a la situación: en el hogar, en el trabajo, en el transporte público, etc.
El problema está cuando llegamos a casa y no disponemos de un espacio solo para nosotros, para relajarnos, leer tranquilos, escuchar música o cualquier cosa que disfrutes hacer pero en soledad. Si necesitas ese espacio te mostraremos distintos refugios construidos en casas para que te desconectes del mundo.
¿Cuál de todos te gustó más?
