En México, en la región zapoteca del istmo de Tehuantepec, específicamente en el estado sureño de Oaxaca, convive un grupo de personas que son llamadas “Muxes”.
Son personas que nacieron con cuerpo de hombre pero que no se identifican ni como hombre ni como mujer, y son parte de la estructura social de la zona.
En zapoteco “Muxes” significa “mujer” pero no son mujeres, en lugar de eso se trata como un tercer género.
Y de hecho, son parte fundamental de la cultura zapoteca de la zona, responsables de decorar las fiestas locales, las llamadas velas- vestir a las mujeres con diseños, cuidar a las madres ancianas o iniciar en el sexo a los varones cuando sus prometidas quieren llegar vírgenes al matrimonio.
Los “Muxes” forman parte de esta visión de mujer fuerte e influyente en la sociedad, a veces, inclusive sin ser homosexuales, los hombres son criados como “Muxes” desde su infancia- lo que hace que no afecte para nada si de adultos se quieren casar y tener hijos.
Un estudio antropológico elaborado durante la primera mitad de la década de los setenta encontró que aproximadamente el 6% de la población masculina del Itsmo de Tehuantepec estaba compuesta por “muxes”
Al contrario de los gay y trans, los “muxes” no se enfrentan a la discriminación como ellos. Muchos se dedican a trabajos que han sido tradicionalmente reservados a las mujeres, y otros realizan trabajos reservados a los hombres.
El caso de Pedro Enrique Godínez, estilista y director de políticas de diversidad de género del gobierno municipal, dijo The New York Times que a lo largo de los últimos 10 años ha habido una “revolución de transgénero” en Juchitán. Siempre ha habido muxes que usan ropa de mujer, dijo. pero no se identifican como mujeres ni consideran transformar su cuerpo.
De manera tradicional, la población Muxe no tiene relaciones monogámicas o duraderas y se considera un tabú que un o una “Muxe” se relacione con una mujer.
“Hay varones que están casados y tienen hijos, y pueden tener una relación con un “Muxe”, pero a ellos no se les dice “Muxe”.
Lukas Avendaño a El País.
“Con la influencia de la cultura occidental, algunas reglas han cambiado. Hay “Muxes“que tienen relaciones de pareja con hombres, pero normalmente son de otra zona de México”. También existen muxes, comenta Avendaño, que aspiran a adoptar una identidad de mujer occidentalizada”.
Entre ellos están propensos al sida, y la lucha porque sus relaciones sentimentales también sean reconocidas en la ciudad, donde es difícil ver parejas estables formadas por dos hombres.
